Kit de distribución

De hecho, en la medida en que el vehículo envejece, estas intervenciones pasan a ser cada vez más importantes, junto a otras que son propias del mantenimiento periódico. Por eso, optimizar los pasos por el taller supone para el usuario un ahorro tanto de dinero como de tiempo de inmovilización del vehículo. Y una de las formas de conseguirlo es, precisamente, con el cambio completo del kit de distribución.

¿Cómo se compone el kit de distribución?

Aunque no todos los kits de distribución cuentan con los mismos componentes, en términos generales siempre se incluyen los siguientes:

• Banda de distribución;

• Tensores;

• Poleas;

• Bomba de agua.

¿Cuál es el peligro de no cambiar el kit completo a tiempo?

Esta negligencia puede ocasionar, en primer lugar, la aparición de serias dificultades en el encendido del vehículo. Además, si los tensores y las poleas se encuentran desgastados, la banda de distribución también puede fallar en su desempeño, generando desperfectos en el motor debido a la desincronización de sus tiempos. Asimismo, una bomba de agua oxidada puede generar fugas de anticongelante, desviando la grasa del eje del rodamiento y provocando averías severas en el vehículo.

¿Cuándo se debe sustituir el kit de distribución?

Esto depende de cada fabricante, después de cumplirse una determinada cantidad de kilómetros, una cifra que puede oscilar entre los 60.000 y los 100.000 km. Así como la correa tiene una vida útil estimada y es crucial reemplazarla a tiempo, lo mismo ocurre con el resto de los elementos que conforman el kit de distribución: están sometidos al desgaste y lo mejor es sustituirlos a tiempo.

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